lunes, 19 de diciembre de 2016

Historia del Guaraguao

El Ecuador es un país rico en cultura y lleno de muchas leyendas e historias que hacen de este país un lugar digno de ser escuchado.
A lo largo de la historia del país muchas son las historias que se han contado a través de textos y libros; en esta ocasión me referiré a una en específico. La historia del guaraguo.
Aquella historia que nos permite conocer la tenacidad, la lealtad y el vínculo que pueden llegar a crear los animales con los seres humanos. Para entender un poco de lo que hablamos, el guaraguao es un ave endémica de las tierras andinas que surca los vientos de la sierra.

Historia.

la historia narrada por Joaquín Gallegos Lara, habla de un arapiento hombre negro que junto a su guaraguao y su escopeta vivían en el monte, se dedicaban a cazar garzas para luego vender sus plumas en la ciudad a comerciantes chinos, ciudad a la que iban únicamente a comprar municiones y vender la plumas. era tal la conexión que existía entre el hombre y su ave que esta siempre lo acompañaba postrada en el cañón de sus escopeta y lo ayudaba a cazar las garzas, que luego se las traía a su amo como aquel perro que llega feliz con la presa a casa.
En cierta ocasión en la que el hombre bajó a la ciudad a vender 50 libras de plumas que había logrado recolectar, luego de venderlas y cobrar su dinero él fue vilmente asaltado por otros individuos y luego de la manera más fría asesinado a machetazos y su cuerpo dejado como el de cualquier vagabundo en la calle. Como es de bien saber el guaraguao es un ave de rapiña, pero esto no significó que luego de muerto su amo, este se lo comería; muy por el contrario a las pocas horas de muerto se divisó por el horizonte gallinazos que querían comerse el cadáver de su amo y este tenaz mente defendió el cuerpo inerte de su amo echando a los gallinazos del lugar.
A pocos días de la muerte de su amo, llegó otro guaraguao a servirse un festín con el cadáver, a lo que este guaraguao llamado "Arfonso" por su extinto dueño respondió con sus garras y una guerra campal se formó, quedando "Arfonso" mal herido y el otro guaraguao muerto.
Luego de ocho días pudo encontrarse el cadáver del hombre descompuesto y comido por los gusanos, más no picoteado por ningún ave y a un costado el cadáver esquelético de un guaraguao que tan fiel le fue hasta el día de su muerte.

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